FONOAUDIOLOGÍA
Entrevistamos a:
Lic. ANDREA AGUSTINI
Licenciada en Fonoaudiología
Matrícula 17/02
Docente de la carrera de Fonoaudiología,
en la escuela de Fonoaudiología
integrada a la Facultad de Medicina de la UNR.
¿Cómo activar y estimular las áreas del lenguaje del bebé?
Nosotros partimos de la teoría que sostiene que el lenguaje es una construcción social y requiere de otro para alcanzarla. En el caso de un bebé, sabemos que el cachorro humano es uno de los que nace ´más desprotegido´, por lo que necesita de un adulto que lo cuide lo alimente y le hable. A un bebé hay que hablarle; y desde que está en el vientre de su madre. Un bebé humano necesita de adultos que lo habiliten a un futuro lenguaje. ¿Cómo lo habilitan? Conversando con él, cantándole, mirándolo, jugando; ofreciendo todo esto al bebé, mientras se la va acompañando
“Las palabras nos dan vida y nos hacen sujetos”
¿Tenemos un concepto restringido del lenguaje?
El lenguaje comprende múltiples facetas, las que incluyen lo corporal; además debemos entender que las palabras nos dan vida y nos hacen sujetos; ya que el lenguaje es uno de los dominios que nos humaniza. Hablarle a un bebé, darles palabras que describan la vida cotidiana, contarles y explicarles qué va a ocurrir en el día, explicarles las razones del por qué mamá o papá se tienen que ausentar por sus obligaciones. Todo lo que les anticipe qué va a ocurrir de ahí en más. Lo cotidiano es fundante de la adquisición de las futuras habilidades del lenguaje de ese bebé.
¿Llamarlo por su nombre es ir incorporando su identidad?
Y, sí. La identidad de cada ser humano se constituye a partir del lenguaje. El niño está en condiciones de hablar en primera persona, con un yo incorporado a los tres años aproximadamente; pero, desde que nace hasta que se reconoce como un sujeto, ese bebé es hablado por otro y habla con otros; en donde su nombre es fundamental. La elección del nombre comienza antes de que el bebé esté gestándose. Con todo lo que esto trae: el bagaje histórico familiar, social y cultural. Es contarles la historia de por qué está allí, del lugar que le están asignando, del por qué se le eligió su nombre; éstos son momentos maravillosos para compartir con él; siempre acorde a la etapa del desarrollo que el mismo está transitando. Pero dada su percepción, hablarles, siempre, como mamá y como pareja; el bebé percibe los ruidos internos del cuerpo de la mamá y, por supuesto, percibe la palabra. Cómo así también, y esto ha sido ampliamente demostrado, el bebé en el vientre de la mamá, percibe la música; obstetras y neonatólogos nos cuentan que cuando el bebé nace, ese necesario llanto inicial puede interrumpirse a partir de escuchar la voz de la mamá.
Existen efectos del lenguaje comprobados científicamente, ya en la vida intrauterina. La palabra es, siempre, fundante y acompaña y constituye; y en la infancia es esencial.
