FLEBOLOGÍA
Por:
Dr. Armando Schapira
Especialista en Flebología
Mat. 4427
Rosario (Argentina)
Hay patologías venosas muy a la vista y otras que no son tan fáciles de detectar.
Hay patologías venosas evidentes como la trombosis, por ejemplo, que generalmente se manifiesta con una hinchazón importante de la pierna y con dolor. De todos modos, a veces sucede que esa trombosis no tiene una manifestación clínica, porque puede estar localizada en una vena pequeña, no de las de mayor importancia en cuanto a la circulación. Y no sólo puede estar en una vena secundaria, sino que puede llevar a una complicación mayor, como una embolia de pulmón.
Esta trombosis pequeña, localizada, no oclusiva total, es decir, que no tapa totalmente todo el diámetro de la vena, puede no hacerse ostensible. Allí es cuando ante una sospecha debemos hacer inmediatamente los estudios. El patrón de los mismos es el ecodoppler, a partir de allí se pueden hacer otros estudios si es necesario.
Otras patologías no evidentes pueden ser las várices que se están desarrollando y que no se manifiestan como una elevación, sino que están iniciándose y se pueden hacer ostensibles también en un ecodoppler. Esto implica que la vena no transporta la sangre en la dirección que debe cumplir sino que la deja refluir hacia el pie. De esta manera la sangre sube y baja. Si esto está presente debemos evitar que avance usando las medias elásticas, haciendo gimnasia, perdiendo peso si se está excedido, tomando medicación específica y estar al acecho, analizando la evolución. Esto ocurre en un 15% de los pacientes que vienen a la consulta, lo que no es poco. Sobre esa vena no hay que hacer un tratamiento, pero si sabemos que existe hay que hacer controles, seguimientos e iniciar inmediatamente la profilaxis para disminuir la posibilidad de que la patología venosa progrese.