NEUMONOLOGÍA
Diagnosticar correctamente, tratarlo y controlar los riesgos son las claves.
Una persona con Asma puede desarrollar una vida normal si controla la enfermedad mediante tratamiento adecuado y la NO exposición a los alérgenos como los ácaros del polvo doméstico, presentes en la cama, alfombras y muebles, la caspa de los animales domésticos, los pólenes o los hongos, la contaminación, el humo del tabaco, sahumerios, polen y los irritantes químicos.
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, pero puede controlarse con diferentes planes de prevención y tratamientos adaptados a la sintomatología de cada paciente.
Existe una relación directa entre la severidad de las manifestaciones clínicas del asma bronquial y el número de factores de riesgo que la condicionan.
Entre los desencadenantes del asma se encuentran el aire frío (cambio climático), las emociones intensas, como la ira o el miedo, reírse o llorar fuertemente y el ejercicio físico.
A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida.
El asma es una enfermedad crónica caracterizada por ataques recurrentes de falta de aire y sibilancias, cuya gravedad y frecuencia varían de una persona a otra.
Es importante visitar frecuentemente al Neumonólogo para diagnosticar o llevar un control correcto del asma.
Información de AMA (Asociación Médica Argentina)